Ahora, el voto de confianza

EN ÓRBITA 

Apenas ellos entraron a escena, descalificaciones, propuestas y especulaciones se multiplicaron por igual: los miembros del equipo de transición del gobernador electo, Carlos Joaquín González, ya trabajan formalmente en una de las entrega-recepciones más complicadas de la historia local. Y no podía ser diferente dado el contexto, aún cargado de tensión.

Joaquín González le adjudicó a su grupo cuatro características: plural, diverso, profesional y con experiencia probada; no obstante, algunos analistas apuntaron contra ciertos personajes por “errores cometidos” y “dudosos antecedentes”; aunque otros de los escogidos tienen, sin duda, presencia y prestigio.

Opino que en esta fase es vital el “voto de confianza”. Aun cuando no lo piden expresamente, en el fondo les vendría bien debido a la atmósfera política, administrativa y social prevaleciente desde mediados de junio, no exenta de acusaciones, amenazas y marchas. Es tiempo para la prudencia y la suma de esfuerzos.

Parto del siguiente hecho: cuando enfatiza que tales designaciones no son nombramientos definitivos (no todos formarían parte del próximo gabinete) y que su principal tarea es tender puentes con la administración saliente, le apuesta a agilizar el proceso con personas que saben, son de su confianza y no obstaculizarían sus prioridades.

O sea, además de cumplir -de paso- con uno que otro compromiso, presenta perfiles más ciudadanos, con una visión general y sin filias ni fobias que podrían arruinar su propósito mayor: “que el cambio juegue en favor de todos los ámbitos y de todas las regiones de Quintana Roo”.

Al menos eso parece cuando comunica que su función primordial es la planeación estratégica y la preparación de metas abriendo puertas para quienes quieren un mejor estado. En este sentido, auxiliarse de ciudadanos y académicos es tan acertado como rodearse de ex servidores públicos con experiencia, como lo demostró el lunes en Chetumal.

Considero que esa aspiración tiene soporte en su discurso al enlistar entre las acciones inmediatas: mantener un estrecho vínculo con la sociedad, informar a través de los medios de comunicación los avances presentados, así como recoger, sistematizar y analizar las propuestas ciudadanas. Para todo ello será clave cuán ágil sea el contacto con los demás gobiernos –federal y municipales– y los otros dos poderes.

Por lo mismo, resulta consecuente, por ejemplo, la iniciativa de la presidenta municipal electa de Solidaridad, Cristina Torres, de convocar a foros abiertos de participación ciudadana (del 28 de julio al 25 de agosto) con el fin de establecer su Plan Municipal de Desarrollo 2016-2018. Algo similar harán otros.

Carlos Joaquín sabe por qué los escogió. Después de un mes y medio de haber logrado el triunfo es imposible suponer sean éstos improvisados, ineptos o saboteadores. Me atrevo a decir, incluso, que no sólo desempeñarán un rol administrativo, sino más allá de diagnósticos y gestiones propias de sus nuevas encomiendas.

En tanto, anunció, los que vengan estarán sujetos al rumbo y los recursos existentes. Entre esos que faltan podrían aparecer los que el público de Chetumal aclama o los que, tanto perredistas como panistas locales, esperan asiosos.