Cancún, Quintana Roo

Los indígenas no celebran

Miércoles 24 Agosto 2016

EN ÓRBITA

Calculan que más de 260 mil indígenas viven en Quintana Roo. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía registra a 160 mil mayaparlantes aunque no considera a otros 100 mil que, pese a no hablar la lengua, sí pertenecen a la etnia. La mayoría padece pobreza y marginación.

Tras la reciente conmemoración (que no “celebración”) del Día de los Pueblos Indígenas abundaron las cifras en torno a dicha condición, pero siguen escaseando las propuestas para su protección y rescate. Aunque parezca inverosímil, las autoridades no asumen la responsabilidad mayor, que pareciera exclusiva de agrupaciones civiles.

Es un problema mundial. Han pasado décadas desde que en la Cumbre de la Tierra sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992), tanto la promoción como el respeto de sus derechos en la relación que mantienen con el medio ambiente, fueran considerados en la agenda pública global; sin embargo, su vida comunitaria (incluyendo costumbres, quehaceres e integridad) sigue vulnerada.

En el ámbito nacional es claro que lo ocurrido contra las etnias en Chiapas, Oaxaca y Guerrero (hoy afectadas además por falta de clases) no ocurre en el estado, pero en nuestra Zona Maya persisten reclamos por múltiples abusos. Y es que, tal vez sin asimilarlo, se atenta contra la diversidad biológica de la región, alterando asuntos culturales y lingüísticos muy preciados para ellos.

En el 2000 el Fondo Mundial para la Naturaleza reconoció que “la biodiversidad no se puede conservar sin la diversidad cultural, y que la seguridad a largo plazo de los alimentos y las medicinas depende del mantenimiento de esta relación compleja”. Por lo tanto, la diversidad cultural es tan importante para la evolución humana, como la biodiversidad lo es para la evolución biológica del planeta.

Pero no estamos entendiendo, o no queremos hacerlo. En el marco de la pasada conmemoración, algunos datos nos dejan perplejos: en 100 años el mundo ha perdido 600 lenguas y otras 2 mil 500 están en peligro de extinción inmediata. A ese ritmo, el 90% de los idiomas originarios se perderá en el presente siglo, causando una “hecatombe”, según la Unesco. En México, el panorama no pinta mejor.

Los pueblos indígenas comparten una relación espiritual, cultural y socioeconómica con sus tierras; más los mayas, amos genuinos de este territorio, por lo que una misión impostergable debiera ser reconocer en plenitud esta premisa, para enseguida respetar y fortalecer las dinámicas de progreso principalmente en los municipios del centro y sur, sin olvidar a los que residente en la Zona Norte.

En Quintana Roo estamos a tiempo de rectificar y mejorar. Es preciso revisar cuanto antes las legislaciones, multiplicar las inspecciones ciudadanas, perfeccionar los mecanismos de justicia ambiental, establecer programas para promover la sustentabilidad, entre otras medidas.

Desorbitado

Uno de los propósitos del ecoturismo es “dar vida” a las comunidades. Las ideas centrales son presumir sus atractivos naturales, generar empleos para los pobladores, fomentar la inversión sustentable y otorgar una sana vocación productiva a una región en particular, prolongando un círculo virtuoso.

No se ha hecho, o se ha hecho mal. Se sabe que empresarios, e incluso autoridades y ex servidores públicos, se están apropiando de hectáreas para negocios, aunque no les dan empleo a lugareños (o les pagan mal) ni respetan el entorno natural, por lo que tanto la diversificación como la nueva vocación son un fracaso.

Pongan ojo y restricciones en los perímetros vírgenes que pretenden explotar los hombres con capital. Apenas saliendo de Tulum hacia el sur, y a las afueras de Bacalar, Carrillo y Morelos, las faenas son más que evidentes.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía registra a 160 mil mayaparlantes aunque no considera a otros 100 mil que, pese a no hablar la lengua, sí pertenecen a la etnia. La mayoría padece pobreza y marginación...

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