Cancún, Quintana Roo

Que ladren los perros

Miércoles 14 Junio 2017

En Órbita

“Nunca confíes en quien patea a un perro”, suelen decir quienes tienen mascota o procuran una cercanía con estos seres vivos, que si bien alegran a familias completas, son incomprendidos casi por regla general. Lo dicen con justa razón, ya que en el mundo animal prevalecen los inofensivos, aun cuando pueden ser letales si son agredidos (también los hombres, cabe comparar).

Mientras en lugares como Cozumel -la isla de Perla Tun- son sacrificados; en otros, como Cancún, los están incorporando a un programa integral de cuidado. Porque el bienestar animal no debe ser visto como un tema de moda, sino de concientización y convivencia, que debiera involucrar siempre a autoridades, dueños de mascotas, empresarios, defensores y ciudadanos.

Visto como asunto de salud pública, no es menor: más de 140 enfermedades pueden transmitir los perros callejeros a los humanos solo por el contacto. En el país, se calcula, sobreviven más de 20 millones de perros y gatos en el abandono, lo cual potencia el riesgo sanitario con sus innumerables daños colaterales.

“Como presidente municipal he instruido una línea clara en mi gobierno para garantizar la protección y el trato digno, tanto de animales domésticos, como callejeros. En esta nueva misión la participación de la sociedad será fundamental. Es un tema de todos”, enfatizó ayer Remberto Estrada durante la instalación del Consejo Ciudadano Municipal para la Atención y el Bienestar Animal de Benito Juárez.

Dicha iniciativa surge en un momento oportuno, ya que brigadistas del Ayuntamiento han confirmado aumento de maltrato, abandono, explotación y reproducción con fines de lucro, por lo que urgía un marco legal más completo al respecto. Pensar inclusive en el castigo, tampoco suena descabellado en tal contexto.

La tenencia responsable propuesta por la administración 2016-2018 comprende desparasitación, baños antigarrapatas, esterilización, vacunación, adopción y demás acciones llevadas a cabo por la Dirección de Salud, Desarrollo Social y Económico, entre otras instancias públicas, con ayuda de la iniciativa privada y agrupaciones sociales.

Estas propuestas deben replicarse con una visión todavía más amplia, sobre todo en lo concerniente a la concientización: no son pocos los animales en peligro de extinción debido a depredadores, al deterioro de ecosistemas, y, más que a todo, a las actividades humanas cuyas prácticas no tienen control en rubros expansivos como el turismo.

El pájaro Toh, el colibrí de Cozumel, el mapache de esa misma ínsula, el jaguar, el venado de cola blanca o la guacamaya, entre otras especies endémicas de la región, están desapareciendo más por actos inconscientes e irresponsables como la caza indiscriminada o la venta, que por motivos propios de la reproducción. No en balde los ecologistas fomentan el consenso de soluciones prácticas como la citada.

En el fondo, es un llamado a la sociedad sobre una temática vital.

Desorbitado

Justo cuando se ponía en duda la coordinación de los tres órdenes en materia de seguridad, ocurrió lo de la falsa alarma de bomba en una reconocida plaza comercial del centro de Cancún. Ante la alerta, las corporaciones activaron los protocolos y se demostró cuán eficiente se respondió para poner a salvo a unas mil personas en ese momento, acallando los rumores malintencionados.

Lo que además se confirma es el incremento de bromas telefónicas al número de emergencias 911, que se acerca al 90% de las llamadas recibidas. Con ellas se dispara el gasto en maniobras operativas de las instituciones y la histeria colectiva de por sí a flor de piel.

Una locura por donde se mire.

“Nunca confíes en quien patea a un perro”, suelen decir quienes tienen mascota o procuran una cercanía con estos seres vivos...

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