Cancún, Quintana Roo

Atentan “por consigna”

Viernes 30 Junio 2017

EN ÓRBITA

Es el colmo del absurdo: la arremetida mediática del empresario Carlos Mimenza acerca de su nuevo grupo proclamado “Autodefensas” disparó por igual conjeturas, sospechas, aclaraciones y carcajadas. Todo un circo.

Aquello de estar respaldado por supuestos hombres de negocios obligó a empresarios fijar postura, desligándose en automático. No podía ser diferente, ya que callar, o peor aun reconocer, sería un suicidio colectivo.

Pero la polémica no para: surgieron “trascendidos” periodísticos que abonan a un contexto convulso. Ayer, por ejemplo, un diario de circulación nacional publicó la idea de que el “cazacorruptos” estaría ligado al presidente municipal de Benito Juárez.

El rotativo difunde textual en su editorial: “Lo más interesante es que, según dicen en Quintana Roo, Mimenza parece estar muuuy en sintonía con el impresentable alcalde Remberto Estrada, claro, del Partido Verde. ¡Qué casualidad!”.

Lo que se plantea es que aquel hombre alborotaría por consigna de una autoridad y de un partido. ¿De verdad? Cuesta aceptar la hipótesis no solo porque sería promover a quien no goza de credibilidad y atenta contra todos, sino por un antecedente grave: el mismo Remberto Estrada acusó públicamente, hace algunos días, una aparente campaña de prestigio, que bien podría justificar esta vacilada.

De tener asidero esta especulación, sería echarse encima a la sociedad, porque no solo el gobierno del estado ha rechazado el llamado a la violencia, sino el Congreso, la iglesia, los empresarios y las agrupaciones civiles, conscientes de tal peligro.

El verdadero patrocinador de Mimenza debe ser alguien que no quiere al estado; que intenta desprestigiar la imagen de un destino turístico líder; que prevé sacar raja en época preelectoral; que boicotea el trabajo de los servidores públicos, y que desvía la atención del verdadero interés: ¿a qué aspiran él y sus compadres?

La convocatoria para jugar a ser “paramilitares” es sabotear el crecimiento económico, la estabilidad política y la paz social, cuando más se necesita. No busca aumentar la seguridad, como algunos piensan, sino lo opuesto.

Porque los grupos antisociales podrían sumarse a la grotesca iniciativa. Incluso, Gobernación podría intervenir dada la intentona desestabilizadora. Peor aun, el mismo protagonista de esta tragicomedia arriesga la vida tal vez sin darse cuenta.

Mimenza y los que fomentan la confusión optaron por un camino equivocado: no se puede buscar la legalidad con invitaciones alarmantes ni culpando equivocadamente a quienes motivan el diálogo. Transgredir el Estado de Derecho y las instituciones de cualquier gobierno, equivale a una locura que no debe ser ignorada, sino castigada.

Son tiempos en que deben prevalecer el rigor de los medios y la cordura de los actores con facultades administrativas. Debe defenderse la gobernabilidad.

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