Cancún, Quintana Roo

Corrupción: un enemigo compartido

Miércoles 16 Agosto 2017

-Tanto la ciudadanía como el gobierno somos responsables de su propagación en todos los ámbitos-.

¿Qué fue primero: el huevo o la gallina? Fue la pregunta que otro usuario de redes sociales hacía ante la postura de que, para que haya un gobierno corrupto, es porque hay una sociedad corrupta. Los políticos corruptos no se salen por generación espontánea, sino que salen de nuestra sociedad.

Su pregunta no mostraba una reflexión de aquella premisa que le exponían, sino por el contrario, se enredaba en el argumento de que, el Estado, el país está como está por culpa del gobierno. Seguramente en estos momentos podrás decir, mi querido lector, “pues claro; es culpa del gobierno, ellos son los corruptos, ellos son los que hacen sus tranzas, sus arreglos en lo oscurito, si ellos son corruptos, no pueden exigirme que yo no lo sea”.

Un pequeño de 2 años intenta jugar con un enchufe de luz, sus padres le señalan que eso no se toca y lo apartan, pues el niño ignora las consecuencias. Un adolescente se entretiene metiendo unos cables en el enchufe para sentir “toques” mientras toma de las manos a sus amigos. Les parece divertido, sin medir el riesgo que conlleva. 

Un adulto sabe que la electricidad es peligrosa, mide el riesgo y evita hacer lo que sabe tendría consecuencias lamentables. En México, mexicanos y mexicanas, ¿qué actitud optamos ante la corrupción: la de un infante, un adolescente o un adulto? Así como en las personas también sucede con las sociedades, vamos evolucionando – o al menos eso se supone – y pasamos por diversas etapas de crecimiento. 

Varios autores, entre ellos Zunzunegui en su libro “Los mitos que nos dieron traumas”, señalan que como país estamos en una etapa adolescente; seguimos sin saber bien a bien adónde vamos, continuamos luchando con la imagen paterna relacionada con España y la Conquista, y otras historias que nos fueron relatadas después de la Revolución. Sin embargo, no es sólo eso; un adolescente por lo general tiene conflicto aceptando su parte de responsabilidad en determinada situación, normalmente responderá: “es que...”, “pero yo”, y trasladará la culpa a otro: “Yo no fui”, “él empezó”. Exactamente así actuamos cuando se nos dice que la corrupción no sólo se da en la cúpula política sino también en la sociedad.

Hablemos de estadísticas, de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa el último lugar, es decir, es el que se percibe como más corrupto, y a nivel internacional Transparencia Mexicana y Transparencia Internacional reporta que México ocupó el lugar 123 de 176 naciones evaluadas. 

La corrupción permea todos los rubros, desde el empresario o ciudadano que paga para agilizar un trámite, como el litro de gas que no es de a litro, como quien da una mordida al oficial para evitar la multa de tránsito. Dependiendo el lugar en el que esté es la magnitud del acto de corrupción que ejerza, es decir, si ese mismo ciudadano que da una mordida a un oficial, es puesto en una posición de poder, hará lo mismo con mayor cantidad de dinero.

¿Entonces es el gobierno o la sociedad? Son ambos, el estudio llamado Anatomía de la Corrupción en México menciona que la sociedad en su conjunto está dispuesta a practicar la corrupción si considera que de ella puede obtener un beneficio personal. Tanto ciudadanía como gobierno somos responsables de esto.

Y se abre la pregunta, ¿si tanto nos afecta, si las consecuencias son tan dañinas, por qué lo hacemos? Por pobreza, por falta de oportunidades, por falta de valores y de ética, falta de educación, usos y costumbres, entre otras han sido las respuestas a la encuesta que hice en redes. Dos muy atinados y se relacionan con las premisas en la mentalidad de la persona. Y sí, es todo ello y agregaría: 

- Es usada como escalón para obtener más. Creemos que valemos por lo que tenemos. Tener antes que ser.

- La disonancia cognitiva: nos molesta y criticamos la corrupción, pero la practicamos. Somos incongruentes. Debido a nuestras creencias “el que no tranza, no avanza”.

- Asegurar el poder. Es perceptible en el gobierno y es herencia de la revolución, fue usada para asegurar la permanencia en el poder. No había necesidad de represión porque usaron el cooptar y corromper.

Falta mucho por hacer en la lucha contra la corrupción, además de apoyar iniciativas como el Sistema Nacional Anticorrupción, exigir fiscalías autónomas, etcétera. El primer paso necesario para combatirla es siendo consciente de que, si doy mordida, para evadir algo o agilizar un trámite, soy parte de la corrupción, por muy nimio que parezca, estoy alimentando ese vicio. 

La corrupción entonces es una responsabilidad compartida, cada una en su esfera, de gobierno o de sociedad.

Cierro con estas palabras e invito a la reflexión. A darle, pues, sentido a este texto.

El primer paso necesario para combatirla es siendo consciente de que, si doy mordida, soy parte de la corrupción...

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