No se quiere un fiscal impuesto ni “a modo”: Leopoldo Cruz Navarro

Atendiendo una invitación expresa, Leopoldo Cruz Navarro, Presidente Fundador de la Barra de Abogados de la Riviera Maya, A.C., visitó Revista Fusión Q donde platicó acerca de su campaña para ser el próximo fiscal, proceso que sigue su curso en el Congreso del estado y que debería concluir la próxima semana.

Cruz Navarro tiene el respaldo de 10 grupos entre Colegios y Barras, contando la suya. Es, de hecho, el que más apoyo acapara, pues además se han pronunciado en su favor empresarios, representantes de organizaciones no gubernamentales, personal de la propia Fiscalía y ciudadanos interesados en la cosa pública.

Por todo lo que implica, su proyecto concita el interés de quienes siguen de cerca el asunto. No es para menos, con 17 años viviendo en el estado y hace 25 años como abogado penalista. Capacitado en el sistema adversarial, conoce las condiciones de la Fiscalía, cuyo personal no labora en una situación digna: “No son dignas para ellos ni para los usuarios ni los justiciables”, acusa categórico.

Hoy me honra ser para la mayoría el “candidato de unidad”, lo cual implica una gran responsabilidad.

LAS CARENCIAS

La mayor carencia, enlista, es la falta de personal y la falta de capacitación de quienes ya laboran. Pero son múltiples: desde falta de gasolina y papel, hasta equipo de trabajo, armamentos y herramientas técnicas. En bienes materiales se requiere mejorar todo y en recursos humanos necesitamos triplicar el personal, duplicar salarios en todos los niveles, acordes con la gran responsabilidad. Cada decisión involucra patrimonio, libertad o vida, la de familias completas.

Un abogado particular tiene la ventaja de elegir cuántos casos, pero no un ministerio público no porque tiene una carga excesiva, ejemplifica.

La impunidad también, delinea, la cual crece porque los procedimientos no se llevan de manera adecuada; si no rescatamos la procuración de justicia, nos quedaremos todos sin trabajo. Pienso en los niños, en las familias, en mi familia, en mis amigos, mis compañeros y mis colegas, quienes por miedo no pueden andar tranquilos en la calle debido a la inseguridad.

LOS DESAFÍOS

El principal desafío –a su juicio- es recuperar la confianza del personal, la fraternidad, su seguridad. El personal no es valorado, trabaja horas extenuantes. Los mandos superiores han dividido al personal: una diferencia entre policías ministeriales y ministerios públicos, por ejemplo. En ellos descansa gran parte del sistema, por lo que deben trabajar juntos. Si no hay equipo, no funciona.

SU PLAN

Conocedor de la situación gracias a su trayectoria como oficial, secretario, actuario y director de Averiguaciones Previas en la entonces Procuraduría de Justicia, y actualmente como abogado litigante, el maestro en Derecho ha presentado un plan con tres ejes de los cuales se desprenden otros ya que las carencias y los retos son diversos.

Primero propone dignificar a la institución. Ello implica mejorar las condiciones labores en todos los sentidos, desde los roles de acuerdo con los perfiles de los empleados, hasta incrementar los recursos materiales para su desempeño, pasando por duplicar el salario.

En segundo término pretende robustecer la transparencia, o sea, mostrar los recursos, hacia dónde van y cómo se aplican. No solamente se trata de buscar más dinero, sino de transparentar su aplicación y optimizar el gasto. Se debe informar a quien corresponda; por ejemplo, en lo de las licitaciones, que debieran ser públicas.

Y el tercero es mejorar la operatividad, desterrando el compadrazgo y el amiguismo. La selección y el ascenso deben darse con base en los méritos, impulsando la apertura a las nuevas generaciones.

PROCESO LIMPIO

Aún veo un proceso transparente, no veo línea ni injerencia de algún sector. Veo que los diputados son cuidados, apegados a la Constitución, respetando los requisitos de la convocatoria, y eso da la esperanza de que concluya bien.

Que se encuentre a un fiscal que sea fuerte, con respaldo. Que llegue robustecido con el mayor respaldo posible. No queremos un fiscal impuesto ni a modo, que no tenga línea política. No advertimos mano negra.

Espero que sea una decisión ciudadana, que nos escuchen a las barras y a los colegios de abogados, a los empresarios, a todos los sectores. No se trata solamente de conocimientos, sino de experiencia y de valores: que no se corrompa, que sea justo y humano. Eso le ha faltado a la Fiscalía.