Salvan al océano

El plástico es el enemigo más grande del planeta hoy en día, todo comenzó poco antes de la década de los 70’s cuando la primera pieza se fabricó, teniendo su boom en la industria años más tarde por los famosos “topers” debido a lo resistente del producto y lo práctico.
Más tarde en Estados Unidos se produjo la segunda ola masiva del uso del plástico con la invención de la comida rápida en una cadena ahora multinacional de hamburguesas, que añadió en sus ingredientes el uso de este detestado producto para ofrecerle a sus clientes sus comidas en los “desechables”, la invención más inteligente y a la vez más tonta del humano, ya que su uso es menos de 5minutos contra lo que perdura en la Tierra, que son años.
Ahora, en un nuevo milenio lleno de consecuencias, esta gran idea llamada “plástico” ha hecho que muchas personas se arrepientan de su invención, tratando de cambiar la costumbre de varios, para regresar al uso de otro tipo de materiales.
Más que el plástico, la invención de los desechables ha sido el problema más grande, ya que los basureros son rebasados por productos que tuvieron una mínima vida útil pero crean estragos en los ecosistemas.
En la actualidad este problema no se ha quedado en los basureros, ya que se sabe que debido al contacto con el clima estos productos plásticos se dividen en partículas irreconocibles y se incrustan en la tierra hasta en los animales que las ingieren sin notarlo y al final termina incluso en nuestra mesa, formando un ciclo de consecuencias negativas aún intangibles, pero con altos riesgos para la vida humana.
En Cancún y el Caribe mexicano esas partículas llamadas Microplásticos son aún peor, ya que llegan a ecosistemas tan primordiales como corales, lastimándolos cruelmente e incluso a zonas de mar abierto, contaminando la comida de animales marinos.
Las consecuencias negativas se han trasladado al océano y varias ONGs lo han reprobado, sin embargo poco se sabe de la presencia de los Microplásticos en el agua ya que falta investigación.
Sin embargo, existe un proyecto liderado por la Biol. Karen Fuentes, fundadora de mantarrayas del Caribe mexicano, la cual se enfocan en recolectar muestras de Microplásticos cuando van a monitorear mantas.
Este proyecto inició en 2017 con la inquietud de Karen en investigar sobre los efectos del Microplástico, buscando apoyo de organizaciones internacionales que ya han visto la importancia de investigar este tema.
En una entrevista que le realicé a la Biol. Fuentes me comentó que a pesar de los esfuerzos que han hecho en estos años, ahora es imposible saber los daños, ya que faltan por lo menos cinco años más de monitoreo para recabar la información suficiente para que pueda comparar los datos.
Karen inició este proyecto ayudada por 5Gyres, una ONG que hace movimientos contra el plástico a nivel internacional, llevando a la bióloga a una investigación que no se había hecho en México, siendo ella una de las primeras en realizarlo y la única en llevarlo a cabo en el caribe mexicano.
Así como su proyecto con las mantarrayas, este muestreo es enteramente financiado por recursos propios y de apoyos internacionales, debido a que en México aún no hay la suficiente consciencia para darle importancia a estudios como estos.
En su recolección de muestras utiliza una red llamada “manta red” debido a la forma tan parecida a la especie, funcionando de la misma manera con que las mantarrayas cazan al plancton. Después de haber desplegado por hasta 60 minutos la red en aguas abiertas, estas muestras son llevadas al laboratorio para ser separadas, un proceso que lleva hasta 12 horas de trabajo manual, para poder empezar a identificar el Microplástico acumulado.
Para Karen es un trabajo de suma importancia que le dará la razón aún más a la prohibición al uso del plástico en su totalidad, ya que este producto se parte a tal grado que partículas de menos de 1cm llegan al mar, dañando directa e indirectamente la vida del ser humano.