La juventud da el ejemplo

Cada generación debe hacerse cargo de encarar, y ojalá resolver, los problemas de su entorno. En Quintana Roo enfrentamos los más complejos registrados de nuestra corta historia: inseguridad, sargazo, competencia desleal, insuficiente promoción oficial debido a recortes presupuestales, entre otros planteados anteriormente en este espacio. Todos del ámbito turístico por nuestra vocación, y convergentes en un lapso breve.
En círculos académicos, donde tienden a generar ideas e iniciativas de largo alcance, se plantean en serio cuestionamientos como: ¿Quiénes deben llevar la batuta en la solución que requieren estos grandes retos? Y las respuestas las encuentran en las aulas, donde la juventud vive su propia transformación, aprovechando las ventajas que le permiten la ciencia y la tecnología. Quienes tienen acceso a ellas, critican, proponen y deciden.
Lo anterior no significa que no coincidan con las provenientes del sector público o del ramo empresarial, por ejemplo; sino que las suyas responden a intereses de nuestro tiempo, en un sentido más amplio; es decir, apelan más a la participación (a su manera), la sustentabilidad, la distribución equitativa, la creatividad o la autorrealización.
Los jóvenes de hoy -han reconocido rectores y docentes universitarios- no desconocen la realidad ni desdeñan el quehacer público, sino que les interesan aquellas temáticas más comunitarias, donde pueden aportar sin las ataduras de una partidocracia y sin las obligaciones que exige el empresariado. Como ciudadanos del mundo, ven por la totalidad. 
Por citar un ejemplo: esta visión integral y globalizadora a la vez la han fomentado en la UT Cancún con un seminario de liderazgo y comunicación, en el cual 11 alumnos han presentado modelos de aplicación inmediata que benefician a la comunidad estudiantil y, como fin último, a la sociedad quintanarroense. Están asociados, evidentemente, a la ciencia, la tecnología y la sustentabilidad, pilares de esa casa de estudios y ejes motivacionales de nuestra generación.
En paralelo a dicho seminario se desarrolla Tutoría entre Pares, también con esa mirada incluyente, donde compañeras y compañeros guían a los de nuevo ingreso, propiciando la misma vocación. Ambos proyectos son extraordinarios y se erigen como esquemas referentes para otros centros educativos, y por qué no, para otros ámbitos del desarrollo.
Necesitamos más jóvenes con esos talentos, comprometidos y con esa visión, porque es titánica la misión ante los desafíos ya conocidos.