DON MARTINIANO PECH BALAM, FUNDADOR DE TULUM, APOYA A JORGE PORTILLA

TULUM, Q. ROO.- Al considerar que el municipio está en malas manos, don Martiniano Pech Balam, fundador de Tulum, manifestó abiertamente su apoyo a Jorge Portilla, candidato a la presidencia municipal por Movimiento Ciudadano (MC), en virtud de que conoce al empresario desde cuando éste era jovencito, pero en contraparte, asegura que a quien ha estado en la presidencia y que también es candidato, “no lo conozco ni se ha acercado a saludarme”.

Don Martiniano es un hombre de profundas raíces nativas, miembro de una las cuatro familias que fundaron Tulum, y lo dice muy seguro y convencido: va con Portilla.

De 83 años de edad, el hombre aún trabaja, por lo que quienes lo conocen lo consideran único, maravillo, fue dos veces delegado cuando Tulum pertenecía al municipio de Cozumel, y por su notable desempeño, los pobladores le pedía que se quedará tres años más como delegado, pero además fue presidente del comisariado ejidal cargo en el que consiguió el fundo legal del ahora rico ejido de Tulum.

Recuerda que el dinero que le daba en ese tiempo el municipio de Cozumel era para las mejoras del pueblo, “no como ahora, por eso Tulum está muy mal”, (en alusión a la mala administración de los recursos públicos por parte de las autoridades actuales).

Sobre Jorge Portilla Mánica, dice que lo conoce desde que era un jovencito y que siempre ha ayudado a la gente, sin embargo, al cuestionarle sobre el grupo que pretende reelegirse, don Martiniano se limita a decir que “no los conozco, nunca han venido a saludarme”.

En plática con la familia, Denesio, uno de los hijos de don Martiniano, asegura que su padre tiene una narración poco conocida sobre la formación de la Caleta de Tankah, y al respecto señala que hace como 75 o 78 años, cuatro de sus tíos, hermanos de su abuelo Cristino Pech Cocom, caminaban por Tankah después de cargar con copra los barcos de los González de Cozumel, cuando encontraron semienterrado en la arena un objeto metálico parecido a una boya.

En principio pensaron que era un tesoro, sin embargo, uno de ellos no hizo caso y siguió caminando hacia el pueblo, mientras que los otros tres se quedaron a desenterrar el artefacto y tratar de abrirlo con sus machetes.

Cuando el que siguió caminado había avanzado un kilómetro y medio, se escuchó una fuerte explosión: “resultó que uno de los creían que era un tesoro activó con su machete el detonante de la bomba, y todo se chamuscó alrededor, incluso las palmas tenían pedazos de ojiva, mientras que de ellos no se encontraron más que pequeñas partes que fueron depositadas en una cajita para poder velarlos.

Antes de la explosión toda esa zona era mar abierto, y después se convirtió en una caleta, la de Tankah. El machete de uno de los tíos de mi papá Martiniano fue encontrado doblado por todas partes a tres kilómetros de distancia, en el potrero de don Melin, concluyó.