Martes 18 Octubre 2016
Por: Lizzy Santoyo
“Soy profesionista, empresario, pago mis impuestos, no tiro basura en la calle, no ensucio la playa, soy buen vecino, respeto a mis empleados, respeto a los animales y ejerzo mi derecho al voto”. Es un comentario similar al que muchas veces he escuchado, y es que sí, hacer eso es salir del promedio; sin embargo, la pregunta vuelve a surgir: ¿No es suficiente eso para ser buen ciudadano? ¿No es suficiente para cambiar al país? Mi respuesta es, en una situación como la actual, lamentablemente no. Debería serlo, mas no lo es. Explicaré las razones y qué propongo al respecto.
Según la RAE, ciudadano es: “Persona considerada como miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes.” Muchos vivimos en un lugar, procuramos ejercer nuestros derechos y respetamos razonablemente las leyes, nos sentimos ciudadanos; sin embargo, sólo somos habitantes, porque un ciudadano participa activamente. “¡Hey!, pero yo voto”, podrás decir. En realidad votar es sólo un paso en el ejercer la participación ciudadana.
Varios sucesos en el país, como el de Ayotzinapa, algunos gastos innecesarios del Congreso, el escándalo en torno a conflictos de interés, entre otros, me provocaron indignación, como a muchas otras personas, y me pregunté: “¿En verdad, lo único que puedo hacer es indignarme? ¿Me quedaré observando cómo suceden las cosas, mostrando mi molestia en redes sociales y hasta ahí? Pago impuestos, no me paso altos, respeto las normas... pero creo no es suficiente”.
Me harté de observar. Buscando qué podría hacer, cómo podría, por ejemplo, conocer cuánto gana un diputado, o qué recursos legales habría para pedir cuentas a los funcionarios públicos, así fue que descubrí diversas ONGs, enfocadas en abordar temas que me inquietaban, como transparencia, rendición de cuentas, corrupción, impunidad, entre otros.
Mientras más leía las iniciativas que existían, más me daba cuenta que se requería mayor esfuerzo por parte del pueblo, yo incluida, me di cuenta que estaba, hasta ese momento, viviendo sólo como habitante aunque me sentía ciudadana, y es que ser ciudadano implica participación activa. ¿Y en qué consiste eso?
Participar activamente significa, entre otras cosas, lo siguiente:
Informarse: La información es poder, es decir, a medida que conozco puedo saber mejor el qué y el cómo, es menos fácil que me engañen o me manipulen. Es la manera de construir un andamiaje ciudadano con base a los conocimientos de la situación, las leyes, incluso con los vacíos en las mismas.
No puedo exigir algo con exactitud o firmeza si tengo desconocimiento de lo relacionado a ello. Investiga qué hace, cómo lo hace y para qué lo hace tu gobernador, tu presidente municipal, tu Congreso. Tienes derecho a esa información. El peor analfabetismo es el analfabetismo político. “El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres.” (Platón).
Actuar con objetividad: El reconocer que las cosas no son como se quisiera, cultivar una percepción analítica; es decir, no creer todo, buscar siempre las evidencias, lo que da fundamento a algo, eso ayuda a ver la realidad tal cual es, no es conformarse, al contrario, es descubrir a partir de dónde y cómo puedo hacer algo.
Involucrarse: Encausar la indignación, ella por sí sola no hará ningún cambio, sin embargo puedes sumarte a alguna iniciativa de ciudadanos con tu misma inquietud, a alguna ONG que lleve la voz de varios ciudadanos.
En mi caso, decidí apoyar iniciativas como el 3 de 3, una herramienta muy útil para ir creando rendición de cuentas, apoyé las leyes por la transparencia, los compromisos contra la corrupción, así di con organizaciones como Ciudadanos por la Transparencia, IMCO, México Evalúa, México ¿cómo vamos?, entre otros. Apoyar con el talento que cada uno tenga, de la manera en que sea posible, hace sin duda una gran diferencia.
“El nuevo gobernador hereda un problema grandísimo, tiene que estar a la altura, pero necesita una ciudadanía que le acompañe”. (Salvador Camarena).
Crear conciencia: De nada sirve tener conocimiento si no se transmite; comparte lo que vayas aprendiendo, mas asegúrate de que sean conocimientos con fundamento, basados en evidencias, no en rumores.
Aprende: Conocer lo que se está haciendo, será de utilidad, conocer los personajes, las instituciones, las iniciativas, los hechos y sobre todo aprender de aquellos que van abriendo brecha.
Hace poco fue el Foro de Transformar 2016, organizado por Ciudadanos por la Transparencia, con ponentes como Salvador Camarena de México contra la corrupción, Lilia Saúl de Datos abiertos de El Universal, Edna Jaime de México Evalúa, y Pedro Kumamoto, diputado independiente de Zapopan, Jalisco, quien ha mostrado una nueva manera de hacer política. Asistir a eventos como ese y tomar lo que sirva para aplicarlo, es involucrarse.
Es cierto, en el Foro Transformar se mencionó reiteradamente que lograr cambios, como disminuir la corrupción, no es algo imposible; sin embargo, requiere de muchísimo trabajo, de muchos proceso y sobre todo de participación activa de la ciudadanía. Y si a pesar de las razones expuestas, eliges no involucrarte, te invito entonces a no ser de los que critiquen a quien sí lo hace.
“La ciudadanía es la parte fundamental para construir un cambio, viene de una construcción entre todos.” (Pedro Kumamoto).
Cierro con estas palabras e invito a la reflexión, a darle pues sentido a este texto.
“Soy profesionista, empresario, pago mis impuestos, no tiro basura en la calle, no ensucio la playa, soy buen vecino, respeto a mis empleados, respeto a los animales y ejerzo mi derecho al voto”...
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