Cancún, Quintana Roo

Fuera los títeres del escenario

Sábado 02 Marzo 2019

 

Cuidado. Mucho cuidado. Podemos estar transitando hacia a un pasado nefasto: el de la mayor corrupción y del despojo descarado. ¿Por qué? Las señales se suceden una tras otra. La más reciente es que Manuel Valencia Cardín, ex secretario particular del ex gobernador Roberto Borge Angulo (hoy preso), acaba de pedir licencia para buscar una curul en el Congreso del estado, el cual dominó cuando fue presidente de su Gran Comisión, desde la cual le abrió la puerta del endeudamiento a otro ex gobernador, Félix González Canto. De ambos conoce sus intereses.

Es que mañana será un día crucial para saber si Morena contenderá en las elecciones locales del 2 de junio con una mayoría de candidatos priistas y exborgistas, entre ellos Valencia Cardín, quien presume por estas horas que el cargo de regidor en el Ayuntamiento de Othón P. Blanco le quedó chiquito.

Hasta donde se sabe, el ex secretario particular de ambos ex mandatarios buscaría la candidatura por el PT, en alianza con Morena y el Partido Verde, en el Distrito 15 de Chetumal. ¿Qué ofrece? ¿Quién mueve esos hilos? ¿Cuál es la meta? Son preguntas que se multiplican porque no es el único caso: Susana Hurtado, en el Distrito VII, es otra cara que nos remiten al pasado.

Para nadie es secreto que la misión es conseguir el Legislativo, que de ser controlado por esta indeseable oposición, se entorpecen los equilibrios obtenidos, perjudicando a la ciudadanía que reclama progreso, no reversas.

Si este domingo el Consejo Nacional de Morena decide si prosigue su alianza con esos dos partidos, se encenderán las alertas, porque un virtual retorno del grupo acusado de corrupción, despojo y crisis está más cerca de lo previsto. Es más, ni siquiera se ha ido. Y ello, significa una pésima evidencia para quienes han procurado la estabilidad política como base para el crecimiento económico, dos factores con los que la ansiada paz social se conseguiría mejor.

Que Morena, pues, haga su parte, reclaman en los círculos políticos de la entidad. Si es verdad lo que tanto pregonan, con “no robar”, “no mentir” y “no traicionar”, debieran dar paso a sus militantes fundadores, muchos de los cuales aborrecen a estos rostros de la impunidad, y creen que la llamada transformación –desdibujada con estas noticias– sí es posible al comenzar de cero la construcción de un mejor país. Para eso, deben sacar del escenario a los títeres.

Valencia y otros tantos que merodean por allí, representan lo contrario a lo conseguido en los últimos dos años en Quintana Roo.

 

Cuidado. Mucho cuidado. Podemos estar transitando hacia a un pasado nefasto: el de la mayor corrupción y del despojo descarado. ¿Por qué? Las señales se suceden una tras otra.

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