Vence México a Estados Unidos

Sábado 12 Noviembre 2016

México conquistó su primer triunfo de la historia en Columbus, luego de vencer 1-2 a Estados Unidos, con lo que se llevó los primeros tres puntos dentro del Hexagonal Final de Concacaf...

<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 10.0pt; font-family: 'Cambria',serif;"><strong>CIUDAD DE M&Eacute;XICO.-</strong>&nbsp;M&eacute;xico&nbsp;conquist&oacute; su primer triunfo de la historia en Columbus, luego de vencer 1-2 a&nbsp;Estados Unidos,&nbsp;con lo que se llev&oacute; los primeros tres puntos dentro del Hexagonal Final de Concacaf.</span></p> <p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 10.0pt; font-family: 'Cambria',serif;">No siempre ser&aacute; de noche. El instante m&aacute;s oscuro es aquel que antecede al amanecer. Bien lo sabe &lsquo;Rafa&rsquo; M&aacute;rquez. Benjamin Button. LeBron James, un tanto alejado de Cleveland. No hay m&aacute;s ciudades malditas. No hay m&aacute;s &lsquo;DosACero&rsquo;. Pero siempre nos quedar&aacute; m&aacute;s &lsquo;Rafa&rsquo;.&nbsp;M&eacute;xico triunf&oacute; en su div&aacute;n y reivindic&oacute;,&nbsp;de alguna forma, el verde-blanco-rojo tan lastrado en los tiempos de Trump. No nos juega la patria, cierto, pero, vaya, nada nos cuesta sonre&iacute;r.</span></p> <p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 10.0pt; font-family: 'Cambria',serif;">Osorio pareci&oacute; emergido de un exilio purificador. El gesto a&uacute;n m&aacute;s adusto pero la mirada a&uacute;n m&aacute;s serena; como Jack Nicklaus. La ira contenida. El fulgor apagado con hielo. La espada forjada a fuego lento. La barba silvestre, la voz tersa. Como Bruce Wayne en el T&iacute;bet. Sea como fuera la expiaci&oacute;n de Osorio, con Bielsa como mentor (o aparici&oacute;n transf&iacute;sica, tipo Obi Wan Kenobi), el arrojo le pudo. Cuatro atacantes; Corona maquillado como lateral, Guardado y Herrera sobre el cintur&oacute;n del campo, sin escuderos detr&aacute;s de ellos. La apuesta, que Manuel Lapuente (o Sven G&ouml;ran Eriksson, cuyo infausto inmobilismo qued&oacute; registrado en Columbus) habr&iacute;a calificado como suicida, le confiri&oacute; a M&eacute;xico un mejor tono muscular para sobrellevar el atroz fr&iacute;o de Ohio.</span></p> <p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 10.0pt; font-family: 'Cambria',serif;">El tiro de rosca, interior derecho, de Corona que cimbr&oacute; el poste derecho de Howard confirm&oacute; los buenos s&iacute;ntomas de M&eacute;xico; inmune al fr&iacute;o, nervios de hierro, fuerza sobrenatural. &iquest;Esto es Columbus? Entonces Lay&uacute;n golpe&oacute; desde la frontal con un cart&oacute;n pero el soplo de Brooks y las dos piernas izquierda de Howard, que ya hab&iacute;an echado ra&iacute;ces sobre el c&eacute;sped, allanaron el camino de la pelota. El embrujo se hab&iacute;a roto. El descubrimiento de Columbus, qu&eacute; dir&iacute;a Crist&oacute;bal. Una premonici&oacute;n. Un espejismo, porque Moreno salv&oacute; sobre la l&iacute;nea, acto seguido. Nada es f&aacute;cil en Colombus.</span></p> <p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 10.0pt; font-family: 'Cambria',serif;">Estados Unidos no tom&oacute; de buena gana el gol pero M&eacute;xico tampoco dej&oacute; de inflar el m&uacute;sculo. Vela, como el &lsquo;Peine del Viento&rsquo; de la Bah&iacute;a de la Concha donostiarra, rein&oacute; en los cielos de Colombus y remat&oacute; el horizontal. Momento, &iquest;esto es Colombus? La escultura de Osorio se coart&oacute; cuando Guardado, m&uacute;sculos de cristal, debi&oacute; abandonar el campo. El colombiano asign&oacute; a M&aacute;rquez la legi&oacute;n del centro del campo y rellen&oacute; el lateral derecho con Salcedo como postizo. Klinsmann advirti&oacute; la descompensaci&oacute;n y ajust&oacute; el vendaje de Besler y desat&oacute; a Pulisic, un prodigio, torrencial como una nevada a orillas del Scioto, un Peter Pan con bal&oacute;n y cuchillo. M&eacute;xico, no obstante, no perdi&oacute; color y resisti&oacute; el temporal, a veces con Moreno sobre la l&iacute;nea de cal y Salcedo en vuelo suicida, otras con Herrera probando el ca&ntilde;&oacute;n. El primer tiempo termin&oacute; en un escenario inusitado. 0-1. En serio, &iquest;esto es Columbus?</span></p> <p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 10.0pt; font-family: 'Cambria',serif;">La tormenta, pareciera, pill&oacute; a la Selecci&oacute;n en los vestuarios. Ser&aacute; que el camerino fue atacado por un oso pardo o que en el casillero de H&eacute;ctor Moreno se apareci&oacute; el espectro de Josh Wolff. Lo que fuere. La carambola desatada en cuanto L&oacute;pez accion&oacute; el segundo tiempo fue un presagio de que un v&oacute;rtice polar avecinaba. En ello, Altidore enfil&oacute;, una locomotora, Wood soport&oacute; a Moreno, una bailarina de n&iacute;quel, y bati&oacute; a Talavera. Ahora s&iacute;, se parece a Columbus. Gonz&aacute;lez, un guardabosques en el &aacute;rea mexicana, y Bradley elevaron a Talavera a categor&iacute;a de protagonista. El v&oacute;rtice. El ventarr&oacute;n. Stewart, Wolff, Donovan, DosACero, la nieve. Columbus.</span></p> <p><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 107%; font-family: 'Cambria',serif; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-language: AR-SA;">Lo cierto es que M&eacute;xico no encontr&oacute; sosiego.&nbsp;Osorio nunca pudo reforestar el centro del campo mientras M&aacute;rquez cumpl&iacute;a con los 12 trabajos de H&eacute;rcules. Entonces, Gonz&aacute;lez tal&oacute; el tobillo izquierdo de Herrera dentro del &aacute;rea estadounidense y L&oacute;pez crey&oacute; el intento de asesinato como una treta. Tampoco juzg&oacute; bien la patada de Vela a Johnson, habr&aacute; que apostillar. Y mientras Wood maniobraba como Simone Biles y Talavera conten&iacute;a como &lsquo;catcher&rsquo; de los Cachorros, el partido degener&oacute; hasta convertirse en una mel&eacute; auspiciada por los Ohio State Buckeyes.&nbsp;</span><span style="font-size: 10.0pt; line-height: 107%; font-family: 'Cambria',serif; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-language: AR-SA;">El crujir del c&eacute;sped. Las piernas en vuelo, cortando el viento. Los codos puntillosos. El barro impregnado. El sudor g&eacute;lido. Hirving Lozano, el Pulisic mexicano, rompi&oacute; el hielo. Cit&oacute; a Hern&aacute;ndez con el gol y llev&oacute; a Brooks y Besler hasta la insania. No en vano le dicen &lsquo;Chucky&rsquo;. Qu&eacute; espanto. Y el partido se congelaba cuando M&aacute;rquez, k&aacute;iser, imperial, traz&oacute; con la cabeza un arcoiris que baj&oacute; en las redes Howard. Un trazo, par&aacute;bola en verde olivo y acr&iacute;lico, morar&aacute; en un compartimento especial del Columbus Museum of Art. Y sali&oacute; el sol en Columbus. No siempre ser&aacute; de noche.</span></p>

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