Analistas económicos dicen que México no está en “bancarrota”, pero sí en una situación delicada

Jueves 20 Septiembre 2018

México no está en bancarrota como dijo esta semana Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Pero las condiciones económicas actuales –explicaron analistas consultados– sí ponen al país en una situación “delicada” que reducirá el espacio de operación fiscal de

<p class="MsoNormal"><strong>Ciudad de M&eacute;xico, 20 de septiembre. -</strong> M&eacute;xico no est&aacute; en bancarrota como dijo esta semana Andr&eacute;s Manuel L&oacute;pez Obrador (AMLO). Pero las condiciones econ&oacute;micas actuales &ndash;explicaron analistas consultados&ndash; s&iacute; ponen al pa&iacute;s en una situaci&oacute;n &ldquo;delicada&rdquo; que reducir&aacute; el espacio de operaci&oacute;n fiscal de la nueva administraci&oacute;n.<br /> &ldquo;Fue una declaraci&oacute;n un poco desafortunada que muestra una frustraci&oacute;n [porque] m&aacute;s que una bancarrota, el pa&iacute;s s&iacute; tiene un espacio fiscal muy reducido. Esto quiere decir que, dado el estado de nuestras finanzas p&uacute;blicas, una vez que pagas todos los compromisos &ndash;participaciones a entidades, servicio de deuda, pensiones y n&oacute;minas a maestros [entre otros]&ndash; el margen de maniobra que te queda para hacer pol&iacute;tica p&uacute;blica es muy peque&ntilde;ito&rdquo;, dijo a Sin Embargo H&eacute;ctor Villarreal, director del Centro de Investigaci&oacute;n Econ&oacute;mica y Presupuestaria (CIEP).<br /> Para el doctor en econom&iacute;a Luis Foncerrada Pascal, AMLO exager&oacute;. Pero lo que s&iacute; es cierto, &ldquo;es que el manejo de las finanzas p&uacute;blicas de Enrique Pe&ntilde;a Nieto, de Luis Videgaray Caso y de Jose Antonio Meade Kuribre&ntilde;a, estos dos &uacute;ltimos ex titulares de Hacienda, fue muy irresponsable. El endeudamiento que llevaron a cabo en estos a&ntilde;os es brutal&rdquo; y evit&oacute; que M&eacute;xico tuviera un mayor desempe&ntilde;o econ&oacute;mico.<br /> A finales de 2012, la deuda hist&oacute;rica total de M&eacute;xico fue de 6.3 billones de pesos (equivalentes al 39 por ciento del PIB). Este a&ntilde;o, el pa&iacute;s tiene una deuda acumulada de 11.5 billones &ndash;incluida la deuda de estados y municipios&ndash; que equivalen al 51 por ciento del PIB.<br /> Ello a pesar de que el a&ntilde;o pasado el Gobierno federal pag&oacute; 200 mil millones de pesos de deuda, con una transferencia del Banco de M&eacute;xico (Banxico) de 320 mil millones en utilidades no realizadas (es decir, con dinero &ldquo;inexistente&rdquo; que implic&oacute; la contracci&oacute;n de m&aacute;s deuda por parte del Banco Central).<br /> Seg&uacute;n Foncerrada, este nivel de deuda es &ldquo;excesivamente alto para un pa&iacute;s como M&eacute;xico&rdquo; porque reduce su tasa de crecimiento del PIB. En los pa&iacute;ses emergentes como el nuestro, cuando la deuda es del 40 por ciento del PIB, su tasa de crecimiento se reduce medio punto porcentual, explic&oacute;. Y cuando alcanza niveles como el de M&eacute;xico, la reducci&oacute;n aumenta a uno 0 1.5 puntos al a&ntilde;o.<br /> Para que M&eacute;xico est&eacute; en graves problemas, el endeudamiento tendr&iacute;a que ser equiparable al 60 por ciento del PIB (con reducciones estimadas de dos a 2.5 puntos porcentuales).<br /> Por su parte, el PIB en los &uacute;ltimos 18 a&ntilde;os tuvo una tasa promedio de aumento de 2.52 por ciento anual, de acuerdo con cifras del Banxico. Pero el pa&iacute;s requiere un crecimiento superior al tres por ciento para salir adelante. Empero, con el nivel de deuda &ndash;que resta crecimiento&ndash; y la falta de inversi&oacute;n p&uacute;blica, la posibilidad de m&aacute;s desarrollo nacional se estanc&oacute;.<br /> &ldquo;La falta de inversi&oacute;n fue un error muy serio del Gobierno del Presidente Enrique Pe&ntilde;a Nieto&rdquo; y es la m&aacute;s baja en los &uacute;ltimos 80 a&ntilde;os (a excepci&oacute;n del periodo 1997-1998), coment&oacute; Foncerrada.<br /> Las consecuencias de la mala gesti&oacute;n tambi&eacute;n se ver&aacute;n reflejadas en los pr&oacute;ximos a&ntilde;os, cuando la econom&iacute;a crecer&aacute; a un ritmo de 2.3 &oacute; 2.5 por ciento. Si queremos crecer a un promedio anual de 3.8 o cuatro por ciento &ndash;como lo prometi&oacute; AMLO en campa&ntilde;a&ndash; tendr&iacute;amos que tener una inversi&oacute;n total equivalente al 24 &oacute; 25 por ciento del PIB, explic&oacute;.<br /> En la actualidad, M&eacute;xico invierte entre el 19 y el 20 por ciento de su PIB (el 13-14 por ciento lo pone el sector privado, tres el gobierno y tres m&aacute;s los inversionistas extranjeros). Con este nivel de inversi&oacute;n, el mayor crecimiento econ&oacute;mico al que nuestro pa&iacute;s puede aspirar es del dos por ciento.<br /> Si M&eacute;xico estuviera en bancarrota, suceder&iacute;an cat&aacute;strofes econ&oacute;micas como las que padece Venezuela, donde la crisis actual ha generado p&eacute;rdidas en el PIB de 35 por ciento en los &uacute;ltimos cuatro a&ntilde;os. O como ocurri&oacute; en Bolivia entre 1981 y 1985, cuando su PIB decreci&oacute; 9.5 por ciento. O Argentina, cuyo PIB decay&oacute; en m&aacute;s de 18 por ciento con la crisis de 1998 a 2002.<br /> Hoy, M&eacute;xico no atraviesa una crisis tan grave como las de 1982, 1985, 1993 y 1994. Ello se debe &ndash;seg&uacute;n Foncerrada&ndash; a dos cuestiones. Porque tenemos 133 mil millones de d&oacute;lares de reservas internacionales y 86 mil millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), adem&aacute;s de contar con un tipo de cambio flexible. Estos elementos permiten a M&eacute;xico &ldquo;hacer frente a cualquier tipo de movimiento especulativo&rdquo;.<br /> Sin embargo, &ldquo;hay s&iacute;ntomas &ndash;adem&aacute;s de la deuda&ndash; de que podemos caer en una terrible crisis&rdquo; como en el caso del proceso de devaluaci&oacute;n del peso que viene ocurriendo desde 2012, se&ntilde;al&oacute; Alfredo Bravo Olivares, profesor de econom&iacute;a de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Arag&oacute;n, de la Universidad Nacional Aut&oacute;noma de M&eacute;xico (UNAM).<br /> Las cifras del Banxico arrojan que el tipo de cambio ha fluctuado de manera paulatina y no de manera estrepitosa (lo que anunciar&iacute;a un posible desplome del valor del peso mexicano).<br /> La paridad de los &uacute;ltimos dos a&ntilde;os (de entre 19 y 20 pesos por d&oacute;lar) ha sido la peor de los &uacute;ltimos 10 a&ntilde;os. S&oacute;lo de 2013 a 2018, el tipo de cambio peso-d&oacute;lar aument&oacute; en 50.54 por ciento a favor de la moneda norteamericana. Y a&uacute;n, para organismos internacionales como el FMI, los indicadores macroecon&oacute;micos del pa&iacute;s son &ldquo;estables&rdquo;.<br /> A pesar de todo, M&eacute;xico no est&aacute; libre de caer en bancarrota porque &ldquo;estamos al borde del colapso econ&oacute;mico y la econom&iacute;a se mantiene con alfileres&rdquo;, lament&oacute; Olivares. Y en la opini&oacute;n de H&eacute;ctor Villarreal del CIEP, la falta de recesi&oacute;n y de precios fuera de control hacen que, al menos desde el punto de vista de la macroeconom&iacute;a, no haya crisis.<br /> &ldquo;Tenemos un margen en las finanzas p&uacute;blicas muy estrecho que s&iacute; hay que arreglar. Los pagos que se nos vienen en pensiones, los compromisos con el servicio de deuda, el asunto de que nuestro sistema de salud p&uacute;blico no le podemos dar un fondeo, todas son se&ntilde;ales de mucha debilidad y cosas de qu&eacute; preocuparse. Pero no es una crisis macroecon&oacute;mica en el sentido cl&aacute;sico&rdquo;, explic&oacute;.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><strong>LA ECONOM&Iacute;A MEXICANA</strong></p> <p class="MsoNormal">Luego de la declaraci&oacute;n de AMLO sobre la &ldquo;bancarrota&rdquo; de M&eacute;xico, integrantes del sector empresarial lo contradijeron diciendo que el pa&iacute;s ha cumplido con sus compromisos econ&oacute;micos en el interior y en el exterior.<br /> Empero, figuras como Juan Pablo Casta&ntilde;&oacute;n, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, reconocieron esta semana que nuestra naci&oacute;n enfrenta situaciones complicadas en materia de violencia, de impartici&oacute;n del Estado de Derecho y en la eficiencia del gasto p&uacute;blico (para pensiones, seguridad social, etc&eacute;tera), adem&aacute;s de la falta de mayor inversi&oacute;n y de mayores esfuerzos en el combate a la pobreza y a la informalidad laboral.<br /> Mientras que la falta de crecimiento econ&oacute;mico significa &ldquo;bancarrota&rdquo; para AMLO, para instituciones como el Banco Mundial y el FMI implica una situaci&oacute;n de insolvencia financiera o monetaria. Es decir, cuando un Estado es incapaz de pagar los intereses de su deuda o cuando es incapaz de contraer deuda porque los organismos internacionales u otras naciones desconf&iacute;an de su situaci&oacute;n econ&oacute;mica.<br /> &ldquo;Declarar una bancarrota tiene que ver con la capacidad de un pa&iacute;s para cumplir con sus compromisos. Si un pa&iacute;s no tiene capacidad financiera para cumplir con sus compromisos, en ese momento es un pa&iacute;s en bancarrota [&hellip;]. M&eacute;xico tiene los mecanismos establecidos presupuestalmente a trav&eacute;s de la Ley de Ingresos para ser cubiertos. Puede haber desequilibrios, que se gaste de m&aacute;s en ciertos rubros, que se tenga que endeudar m&aacute;s todav&iacute;a&rdquo;, pero no hay bancarrota aunque s&iacute; una &ldquo;terrible crisis econ&oacute;mica y social&rdquo;, recalc&oacute; Alfredo Bravo Olivares de la FES Arag&oacute;n.<br /> Por ejemplo, en 2008, cuando la crisis financiera y la burbuja de vienes ra&iacute;ces en Estados Unidos, Islandia se declar&oacute; en quiebra. Como resultado, nadie le prestaba dinero. Para convencer a los dem&aacute;s de que lo hicieran, elev&oacute; su tasa de inter&eacute;s preferencial hasta en un 18 por ciento (Venezuela, otro de estos casos, lo hizo en 20 por ciento).<br /> Con este tipo de alza, el riesgo de falta de pago aumenta y la calificaci&oacute;n crediticia de los pa&iacute;ses decae. Asimismo, la inflaci&oacute;n aumenta y los mercados financieros se desploman con la ca&iacute;da del valor de bonos y acciones (como le ocurri&oacute; a Argentina en 2001, tiempo en que el Gobierno empez&oacute; a congelar cuentas bancarias para evitar un colapso monetario).<br /> En M&eacute;xico, la situaci&oacute;n econ&oacute;mica es &ldquo;delicada&rdquo;. Y de acuerdo con los analistas, &ldquo;cualquier pa&iacute;s, para tener estabilidad macroecon&oacute;mica tiene que tener finanzas p&uacute;blicas responsables y equilibradas, porque si no provocas inflaci&oacute;n, que es lo que provoc&oacute; la administraci&oacute;n de Pe&ntilde;a Nieto&rdquo;.<br /> En la actualidad, la inflaci&oacute;n subyacente (la que no incluye productos agropecuarios, energ&eacute;ticos y tarifas autorizadas por el Gobierno) es de 8.8 por ciento. El a&ntilde;o pasado, la canasta b&aacute;sica alcanz&oacute; una tasa de 9.8 por ciento (lo que quiere decir que la capacidad de compra de la gente se redujo en casi 10 por ciento). Y al cierre del a&ntilde;o pasado, seg&uacute;n el Banxico, la inflaci&oacute;n general tuvo uno de sus niveles m&aacute;s altos (6.77 por ciento) desde la crisis financiera de 2008 (cuando fue de 6.53 por ciento).<br /> De esta manera, la inflaci&oacute;n actual ha sido una de las m&aacute;s altas en los &uacute;ltimos 17 a&ntilde;os y no alcanza el objetivo establecido por el Banxico (de dos a cuatro por ciento). Sin embargo, dista de ser la de una situaci&oacute;n de bancarrota (como en Venezuela, que seg&uacute;n el FMI, cerrar&aacute; este a&ntilde;o con una crisis inflacionaria de 1 mill&oacute;n por ciento).</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><strong>EMPLEO PRECARIO Y BAJOS SALARIOS</strong></p> <p class="MsoNormal">AMLO asegur&oacute; esta semana que la situaci&oacute;n de &ldquo;bancarrota&rdquo; que ha vivido el pa&iacute;s durante los &uacute;ltimos 30 a&ntilde;os no permitir&aacute; que su administraci&oacute;n cumpla con &ldquo;todo lo que se est&aacute; demandando&rdquo;. Sin embargo, prometi&oacute; que s&iacute; cumplir&aacute; &ldquo;todo&rdquo; lo que ofreci&oacute; durante el periodo de campa&ntilde;a pol&iacute;tica.<br /> Para el tabasque&ntilde;o, la pol&iacute;tica neoliberal &ldquo;fracas&oacute;&rdquo;. Y la bancarrota nacional se debe &ndash;en su opini&oacute;n&ndash; al incremento de la deuda p&uacute;blica de los &uacute;ltimos 18 a&ntilde;os, a la precaria inversi&oacute;n en el pa&iacute;s y a la ca&iacute;da productiva del sector energ&eacute;tico nacional. Estos elementos, dijo, han abonado al ensanchamiento de la poblaci&oacute;n en situaci&oacute;n de pobreza y al incremento de la desigualdad entre mexicanos.<br /> De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estad&iacute;stica, Geograf&iacute;a e Inform&aacute;tica (Inegi), las condiciones de empleo durante el sexenio pe&ntilde;anietista no fueron ideales. La tasa de ocupaci&oacute;n decreci&oacute; (pas&oacute; de 60.70 en 2013 a 59.80 en 2018) y la tasa de desempleo, aunque parece de las m&aacute;s bajas del mundo (3.2 por ciento &oacute; 1.8 millones de personas), se agrava si consideramos a las personas que no buscan empleo (14.6 por ciento u ocho millones de individuos) y a quienes est&aacute;n subempleados (6.8 o 3.7 millones de personas).<br /> En el caso de los salarios (cuyo m&iacute;nimo diario pas&oacute; de 64.76 a 88.36 pesos) el aumento registrado sigue siendo insuficiente. Seg&uacute;n el reporte Pobreza persistente en M&eacute;xico, mercados laborales con salarios bajos de la Universidad Iberoamericana (2018), el salario m&iacute;nimo diario deber&iacute;a de ser de 353 pesos. Es decir, cuatro veces mayor al m&iacute;nimo actual.<br /> Con los niveles salariales de hoy en d&iacute;a, es entendible que la pobreza en M&eacute;xico, en los &uacute;ltimos 10 a&ntilde;os, apenas haya dado marcha atr&aacute;s (pas&oacute; de 44.40 a 43.60 por ciento de la poblaci&oacute;n entre 2008 y 2016, seg&uacute;n datos del Consejo Nacional de Evaluaci&oacute;n de la Pol&iacute;tica de Desarrollo Social).<br /> Para los economistas consultados, los &ldquo;grandes retos&rdquo; de AMLO ser&aacute;n reducir la pobreza, la desigualdad y la inseguridad, adem&aacute;s de fortalecer el Estado de Derecho. Tambi&eacute;n tendr&aacute; que mantener la estabilidad macroecon&oacute;mica y hacer frente al d&eacute;ficit fiscal que se ha mantenido en n&uacute;meros rojos desde el a&ntilde;o 2000 &ndash;salvo por el periodo de 2006 a 2007&ndash; y que seg&uacute;n la Secretar&iacute;a de Hacienda y Cr&eacute;dito P&uacute;blico, ha mejorado (en 2017 fue 36.28 por ciento menor que en 2012).<br /> &ldquo;En un pa&iacute;s donde el campo no produce lo que se necesita para comer, donde no tenemos una industria propia, donde no tenemos un aparato productivo porque se desarticul&oacute; para permitir que las grandes trasnacionales se beneficiaran, &iquest;c&oacute;mo generas empleo? Es el reto m&aacute;s grande de la historia de este pa&iacute;s y si no se tiene una perspectiva de transformaci&oacute;n social de fondo, simple y sencillamente no se va a lograr&rdquo;, sentenci&oacute; el economista Alfredo Bravo Olivares de la UNAM.<br /> Entre las medidas recomendadas para que M&eacute;xico salga de su atolladero, los especialistas recomendaron la eliminaci&oacute;n y sustituci&oacute;n de programas sociales y gubernamentales que no han logrado reducir la desigualdad y la pobreza en M&eacute;xico; considerar la asociaci&oacute;n con empresas nacionales y extranjeras (porque eso le puede dar recursos adicionales al Gobierno por la v&iacute;a del pago de derechos) y dise&ntilde;ar una nueva reforma fiscal a lo largo de todo el sexenio, con &eacute;nfasis en impuestos indirectos (como el IVA o el IETS) e impuestos al flujo (como el IETU, para simplificar el cobro y la fiscalizaci&oacute;n de impuestos).<br /> &ldquo;Me llama la atenci&oacute;n que [a&uacute;n] cuando [AMLO] tiene un espacio fiscal tan reducido, salga con una propuesta como la de reducir impuestos en la frontera norte. Es un gasto fiscal potencialmente muy alto. Le est&aacute; abriendo un hueco al espacio fiscal para evasi&oacute;n y los beneficios de dicha medida son dudosos&rdquo;, dijo H&eacute;ctor Villarreal del CIEP, al respecto de las necesidades fiscales.<br /> Para los analistas, el meollo para la siguiente administraci&oacute;n ser&aacute; la priorizaci&oacute;n de recursos (por el reducido espacio fiscal), que adem&aacute;s de subsidios en programas sociales, requerir&aacute; de una gran inversi&oacute;n &ndash;como en el caso de la infraestructura nacional&ndash; para impulsar el desarrollo y evitar perder el costo de oportunidad de los recursos, como sucedi&oacute; durante el sexenio que est&aacute; por concluir.</p> <p class="MsoNormal"><strong>(FUENTE: SIN EMBARGO)</strong></p>

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